jueves, 30 de octubre de 2014

Crónica: por el bosque de Agadones

El domingo 19 todo estaba previsto para disfrutar de un plácido y tranquilo paseo de 22 kilómetros por pistas forestales, nada de cortafuegos, a la sombra de la Sierra de Gata Norte. Dificultad baja-baja la calificaban los guías Floren, natural de Martiago, y Ángel, de la vecina comarca del Rebollar. El sendero transcurre por el inmenso robledal de la comarca de Agadones que enlaza hacia el oeste con los bosques rebollarinos y portugueses.

A media mañana sonaron las alarmas, una llamada de Floren desde Martiago advertía que se preparaba una cacería batida de jabalí en la zona por la que proyectábamos nuestra salida. Se había enterado por el tam-tam de las barras de los bares. Lo que nos da una idea de cómo se planifican en nuestra provincia y se notifican a la opinión pública actividades tan peligrosas e incompatibles con el disfrute de la naturaleza por todo aquel ciudadano que no sea aficionado a matar mamíferos salvajes.

Aún así, y tras consultar con el Servicio de Medio Ambiente, decidimos salir a ejercer nuestro derecho consagrado en la Constitución de libre circulación por caminos públicos. La mañana era maravillosa, el sol y la temperatura eran los que habitualmente solemos encargar para nuestras caminatas.


Tras unos dos kilómetros por paisajes de cereales con una espectacular vistas a los contornos de la sierra de Gata con las Bollas Chica y Grande presidiendo nuestro paseo, nos adentramos en el bosque de robles y de pinos. Las setas que bordeaban el sendero eran una provocación para los caminantes que incitaban a transgredir la normativa y recolectar sin permiso boletus, amanitas cesáreas y algún níscalo prematuro.


El bosque autóctono del Campo de Agadones es uno de los mejor conservados de la provincia y por eso el guía Floren estaba fuera de si mostrando a los urbanícolas su paraíso particular.

En medio del éxtasis los primeros disparos se dejaron oír en la lejanía. Poco a poco se fueron sintiendo más cercanos hasta que al borde de un camino un cazador con un rifle automático, contrariado, comenzó a ponerse nervioso y tras un tenso rifi-rafe decidimos cambiar nuestra ruta, sabedores de nuestro derecho a circular y de la prohibición de los cazadores de apostarse junto a los caminos públicos. Dicen que los cementerios están llenos de gente que tenía la preferencia, así que modificamos nuestro plan y giramos hacia el oeste para llegar a la zona prevista para la comida por un camino alternativo. Con todo el rodeo aumentó en 3 kilómetros la distancia inicialmente prevista.

El regreso a Martiago, un poco más largo de lo previsto y disfrutando de un bosque impresionante, nos permitió desquitarnos en las terrazas del pueblo a base de cervezas, refrescos y sobre todo disfrutando de la conversación con los lugareños.

Fotografías de Luixi Manchado, Alberto Hernández, Alfredo Domínguez, Francisco Labrado y Florencio Rodríguez (grupo privado en facebook).

jueves, 23 de octubre de 2014

Crónica: a Porto en tren

Para nosotros de tierra adentro, adentro, adentro, la raya rota de la frontera ha sido durante décadas de dictaduras una frontera que nos separaba física y mentalmente de nuestros vecinos/as que vivían ahí al lado y con los que compartíamos miseria, explotación y abandono secular. Dejarnos llevar por el río de la vida, por la arteria que siempre debió de unirnos, es como reconciliarnos con la historia, con la geografía. Hacerlo, llevados por un tren que todavía conecta las tierras aisladas de Trasosmontes y Beira Alta con la metrópoli de Oporto, es un placer que muchas personas se pueden permitir, pero que sólo algunas sabemos apreciar.

Unas  gentes prefieren el postín de los cruceros del quiero y no puedo, otras las playas desiertas del Caribe y se escapan con Curro para creerse reyes por una semana de evasión. Nosotras y nosotros optamos por lo auténtico, por un viejo tren lleno de vida mientras los despachos de Lisboa y Mario Dragui no decreten su desaparición.



Un vuelco en el corazón sufrieron los guías a las 8 en punto de la mañana cuando fueron conscientes de que sobraban 4 viajer@s que no tenían asiento en el bus "grande" de 51 plazas, en lugar de 54, de Hnos. Martín. Un malentendido que se pudo superar con la ayuda del coche escoba que tantas veces hemos tenido que ahuyentar.

Con todo, una hora antes de la salida prevista del comboio, el vestíbulo y los andenes de la estación de Pocinho rebosaba con andayan@s -que no andayay@s- que, impacientes como niños/as, no veían la hora en la que el silbato diera la orden de salida hacia Oporto.


Hemos viajado muchas veces en este tren con grupos de senderistas -o domingueros- y nunca deja de sorprendernos la emoción que sentimos ante el espectáculo que nos ofrecen las laderas del Duero, jalonadas con cientos de viñedos del afamado vino de Porto, las quintas y mansiones con sus almacenes y embarcaderos del mosto, a la espera de ser deslizados hasta las bodegas de Vila Nova de Gaia.

En Oporto nos esperaba nuestra guía de lujo, Concha Tello, como ella pronunciaba con ese dulce acento lusitano que caracteriza a los/as portugueses/as. Ella nos trasmitió su entusiasmo, su hospitalidad y nos descubrió las historias de Portugal que nos narran los azulejos -azules unos y a todo color otros- de la bella estación de Sâo Bento.



En los dos días siguientes, una vez más para muchas personas y por primera vez para otras, la ciudad de Porto nos sorprendió con su encanto, sus abigarradas casas y barrios encaramados en las laderas de las márgenes del Douro, sus calles llenas de vida y autenticidad, sus monumentos, grandes avenidas, tortuosos callejones, escaleras, jardines, palacios, iglesias y mercados populares -nada que ver con Mercadona-, funiculares, tranvías, metros vanguardistas, los puentes de mecanos estilo Eiffel, sus librerías y tiendas con encanto y no sé cuántas cosas más.

Por hacer gala a nuestra tradición andayana, David, el guía que hizo que todo encajara y cuidó hasta el último detalle, nos invitó a caminar la ciudad con escalas en la Casa da Música, en la Fundación Serralves ambientada en encantadores jardines y con bosques históricos, que acoge el museo de arte contemporáneo que proyectó el mismísimo Alvaro Siza. ¿Cómo no acabar una jornada de senderismo tan dura dándonos un homenaje de arroz de mariscos o de tamboril -rape en el idioma vecino- y un paseo por la playa junto al puerto pesquero de Matosinhos?.

Luego cada cual se dejó perder por las callejuelas, los bares, restaurantes, mariscarias churrascarias, o cafeterías tan majestuosas como el Magestic -algo subida de tono y demasiado orientada hacia el turismo-.

Para acabar, Concha, nuestra entusiasta guía local, nos guió el lunes -a matacaballo, a causa de la implacable hora de regreso de nuestro comboio- y, en medio de la lluvia, nos descubrió rincones y joyas arquitectónicas que muchos de nosotros nunca llegaríamos a ver aunque volviéramos cien veces por nuestra cuenta. Además nos recomendó otros tantos lugares, iglesias, o edificios arquitectónicos que no debemos dejar de visitar en el "próximo viaje".



Nuestra escapada en tren hasta Oporto nos ha sabido a poco, hemos llegado a la conclusión de que esa vecina ciudad bien merece unas cuantas visitas más...

Fotografías de Javier Hernández y Ángel Sánchez.

lunes, 20 de octubre de 2014

Peña de Francia: de El Casarito a La Alberca

26 de octubre de 2014
Salida de Salamanca: a las 8:30 horas, desde la Plaza de Gabriel y Galán.
Regreso hacia Salamanca: a las 19:00 horas, en principio desde el parking que hay junto al Centro de Interpretación (inicio de la carretera hacia Las Batuecas).
Llegada a Salamanca: a las 20:30 horas (aproximadamente), a la Plaza de Gabriel y Galán.

FICHA TÉCNICA
Lugar de salida: Área recreativa Fuente del Cántaro (El Casarito).
Lugar de llegada: La Alberca (inicio de la carretera hacia Las Batuecas).
Distancia a recorrer: unos 20 kilómetros.
Desnivel: 700 metros.
Dificultad: media-baja.
Duración: 7 horas (más el tiempo de descanso para la comida).
Guías: Paz Alonso y Pilar Sagrado.

DESCRIPCIÓN
La ruta parte del área recreativa conocida como “Fuente del Cántaro”, junto a la que previamente podremos tomar café en el restaurante "Los Robles", a las afueras de El Casarito.
Una vez iniciada, y antes de emprender el ascenso a La Peña de Francia, haremos un pequeño desvío circular de algo más de un kilómetro y medio por la llamada "Senda de los castaños centenarios", parte de la cual transcurre por una pasarela de madera entre castaños, robles, brezos, tojos y helechos, desde la que se puede apreciar ya una buena perspectiva del macizo rocoso de La Peña.
Completado el recorrido, tomaremos de nuevo el camino de subida (PR-9), una pista que al principio atraviesa una zona de bosque con pinos y robles y que se despeja de vegetación aproximadamente hacia la mitad, lo que permite ir disfrutando del paisaje y permite tomarse el ascenso con calma.
La pendiente va aumentando a medida que se acerca al final, aunque en su mayor parte es bastante llevadera gracias a su trazado en zigzag. Puede también resultar algo incómodo el camino en ese segundo tramo por su empedrado irregular (no vienen mal los bastones, sobre todo si el día se presenta lluvioso), pero la perspectiva del impresionante final que espera en la cima nos compensará de todas las molestias.
Con suerte, en el recorrido podremos ver algún ejemplar de cabra montés y con toda probabilidad buitres. Tras pasar por un viejo viacrucis, el ascenso termina en el Mirador de la Peña de Francia con una de las vistas panorámicas más espectaculares de la provincia de Salamanca y el norte de Extremadura, que esperemos las circunstancias climatológicas nos permitan apreciar. Ese será el momento del descanso para comer, visitar el santuario o disfrutar de la cafetería.
La bajada a La Alberca (poco más de dos horas) recorre en su primera parte el mismo camino de subida, para seguir luego a la derecha por un tramo del GR-10 que, en medio de castaños, huertos y pinares -y con alguna inesperada pendiente-, nos llevará al final de nuestra ruta.

NOTAS
  • Los tiempos y distancias son aproximados.
  • Los horarios propuestos (a excepción de la hora de salida de Salamanca) son estimativos y pueden variar, en algunos casos, a juicio de los organizadores, según las condiciones meteorológicas, la experiencia y forma física de los participantes.
IMPORTANTE
  • Llevar comida y agua suficiente para todo el recorrido. Mínimo 2 litros/persona, por si hiciese calor.
  • Atención a las previsiones meteorológicas a fin de llevar: paraguas, poncho, ropa térmica, ropa ligera de recambio, etc.
  • Botas de montaña.
  • Aunque el trayecto transcurre todo el tiempo por pistas y caminos empedrados, se recomienda el uso de bastones.
  • Botiquín personal con crema solar de alta protección.
  • Recipiente para guardar residuos, incluso los biodegradables. ¡No dejemos residuos en el monte!.
RECORDATORIO
  • Los guías y la organización declinan toda responsabilidad derivada de daños personales que pudieran producirse durante el desarrollo de la actividad.
  • La Junta Directiva del Club Deportivo "¡Anda ya! Salamanca", recomienda la federación.
  • Todos los asistentes, por el hecho de inscribirse, conocen y asumen la normativa que regula esta actividad.
ACTIVIDAD
  • Tiene un coste de 12 euros para socios/as y de 14 para no-socios/as, en concepto de desplazamiento.
PREINSCRIPCIÓN E INSCRIPCIÓN
  • Aquellas personas ajenas a la organización que deseen participar de esta actividad pueden manifestar su interés desde el formulario de contacto.

jueves, 16 de octubre de 2014

Antes de ir a Campo de Agadones

Este domingo Ángel y Floren guiarán nuestros pasos por la comarca del Campo de Agadones, una comarca bañada por el río del mismo nombre y que desde 1991 está incluida dentro del Espacio Natural del Rebollar (Ley 8/1991, de Espacios Naturales de Castilla y León, aprobada por las Cortes de Castilla y León el 30 de abril de 1991).
La ruta comienza en el pueblo de Cespedosa de Agadones y finaliza en la localidad de Martiago.
En los primeros metros iremos paralelamente al río y lo cruzaremos en varias ocasiones. La ruta transcurre en su mayoría entre robles (Quercus pirenaica) y algún pino (Pinus pinaster y sylvestris), cabe destacar los pies de mostajo que nos encontraremos (Sorbus latifolia) una especie endémica de esta zona.



Los bosques más extensos de roble rebollo de toda la Península Ibérica cubren buena parte de las laderas por donde transcurre la ruta, aunque han sufrido importantes reducciones como consecuencia de la acción humana.

También son importantes las repoblaciones de coníferas, generalmente con dos especies: Pinus pinaster y, en zonas altas, el Pinus sylvestris (que es escaso). En las márgenes de los ríos aparecen alisos, sauces y fresnos.

Las formaciones de matorral son muy variadas: escobonares, frecuentes en las zonas más deforestadas del Espacio Natural compuestos a base de Cytisus scoparius, Cytisus multiflorus, Cytisus striatus, Genista florida, Genista histrix; brezales, que dominan en los suelos pizarrosos y cuyas especies más características son Erica arborea, Erica scoparia, Erica australis, Erica umbellata, etc.; jarales, matorrales típicamente mediterráneos que prosperan en suelos muy degradados y donde la especie más típica es la jara pringosa, conviviendo con el jaral; aparece el tomillar acidófilo o cantuesar, donde dominan tomillos y cantuesos; y los espinares frecuentes en todo el Espacio Natural.

Si hablamos de la fauna del Espacio Natural de El Rebollar, una de las características más destacadas es la diversidad de especies. El catálogo de vertebrados incluye 229, de los que 180 son reproductores seguros y los 49 restantes se reparten en distintas categorías de presencia.

Tres son las especies más significativas, consideradas todas ellas en "peligro de extinción o vulnerables": la cigüeña negra, el buitre negro y el lince. Pero junto a ellas hay otras muchas especies de gran interés: entre los mamíferos destacar el lobo, la nutria, el gato montés, el meloncillo, el topillo de Cabrera, tejón, turón, etc.; en cuanto a las aves destacar la presencia de especies como el elanio azul, alimoche, buitre leonado, águila culebrera, aguilucho cenizo, gavilán, azor, águila imperial, águila real, águila perdicera, cernícalo primilla, alcotán, halcón peregrino, etc.; por último los reptiles (culebrilla ciega, eslizón ibérico, lagarto verdinegro, lagartija de bocage, víbora hocicuda, etc.), anfibios (tritón ibérico, sapillo pintojo, sapo partero ibérico, rana patilarga, etc.) y peces (trucha común, barbo ibérico, etc.) tienen aquí una importante representación.

Ficha de El Rebollar (RedNatura).

viernes, 10 de octubre de 2014

Ruta por el Campo de Agadones

19 de octubre de 2014
Salida de Salamanca: a las 8:30 horas, desde la Plaza de Gabriel y Galán.
Regreso hacia Salamanca: a las 19:00 horas, desde el Complejo Valdecano (Martiago).
Llegada a Salamanca: a las 20:30 horas (aproximadamente), a la Plaza de Gabriel y Galán.

FICHA TÉCNICA
Lugar de salida: Desde la Plaza de Cespedosa de Agadones.
Lugar de llegada: Complejo Valdecano (Martiago).
Distancia a recorrer: 22 kilómetros.
Desnivel de subida: 336 metros.
Desnivel de bajada: 298 metros.
Dificultad: baja. La ruta transcurre por pistas de concentración parcelaria y caminos.
Duración: 7 horas (incluyendo paradas).
Track: wikiloc.
Guías: Floren Rodríguez y Ángel Sánchez.

DESCRIPCIÓN
La ruta comienza en el pueblo de Cespedosa de Agadones, el cual recibe su nombre del Río Agadones, que también da nombre a la comarca en la que se encuentra incluido. El Campo de Agadones desde 1991 está incluido dentro del espacio natural del Rebollar (Ley 8/1991, de Espacios Naturales de Castilla y León, aprobada por las Cortes de Castilla y León el 30 de abril de 1991).



En los primeros metros de nuestra ruta iremos paralelamente al río y lo cruzaremos en varias ocasiones. La ruta transcurre en su mayoría entre robles (Quercus pirenaica) y algún pino (Pinus pinaster y sylvestris), cabe destacar los pies de mostajo con los encontraremos (Sorbus latifolia) una especie endémica de nuestra zona.
Grandes bosques de roble rebollo -los más extensos de esta especie en toda la Península Ibérica- cubren buena parte de las laderas por donde transcurre la ruta que finaliza en la localidad de Martiago.

NOTAS
  • Los tiempos y distancias son aproximados.
  • Los horarios propuestos (a excepción de la hora de salida de Salamanca) son estimativos y pueden variar, en algunos casos, a juicio de los organizadores, según las condiciones meteorológicas, la experiencia y forma física de los participantes.
IMPORTANTE
  • Llevar comida y agua suficiente para todo el recorrido. Mínimo 2 litros/persona, por si acaso hiciera calor. Hay fuentes en el camino, pero de agua no tratada y no es posible garantizar que ese día lleven agua.
  • Llevar impermeable, ropa térmica y ropa ligera de recambio. Las condiciones meteorológicas son muy variables.
  • Botas de montaña.
  • Botiquín personal y crema solar con alta protección.
  • Atención a las previsiones meteorológicas a fin de llevar: paraguas, poncho...
  • Recipiente para guardar residuos, incluso los biodegradables. ¡No dejemos residuos en el monte!.
RECORDATORIO
  • Los guías y la organización declinan toda responsabilidad derivada de daños personales que pudieran producirse durante el desarrollo de la actividad.
  • La Junta Directiva del Club Deportivo "¡Anda ya! Salamanca", recomienda la federación.
  • Todos los asistentes, por el hecho de inscribirse, conocen y asumen la normativa que regula esta actividad.
ACTIVIDAD
  • Tiene un coste de 12 euros para socios/as y de 14 para no-socios/as, en concepto de desplazamiento.
PREINSCRIPCIÓN E INSCRIPCIÓN
  • Aquellas personas ajenas a la organización que deseen participar de esta actividad pueden manifestar su interés desde el formulario de contacto.

martes, 7 de octubre de 2014

Hacer vi(d)a !

El proyecto "Hacer vi(d)a!" de la "Asociación de Frontera por una vía sostenible" (Tod@vía) tiene por fin la recuperación de la infraestructura ferroviaria para que ésta pueda ser transitada a pie. Un proyecto colectivo, que poco a poco se va haciendo realidad.

En el informe elaborado por la Comisión de Seguimiento del proyecto se destaca como muy positivo el "fortalecimiento de la colaboración de asociaciones comarcales y provinciales", entre otras, la Asociación salmantina de senderistas "Anda Ya!" que ha ayudado con 500 euros para los proyectos futuros e inmediatos (ver última página del documento) encaminados a "conservar y rehabilitar el B.I.C. ferroviario de La Fuente de San Esteban - Barca d'Alva como recurso patrimonial, natural, cultural y de desarrollo socio-económico que debe ser conservado y transmitido a las generaciones futuras".

En dos ocasiones paseamos por el Duero Internacional gracias a la intervención que Tod@vía realizó en el Puente de las Almas.

jueves, 2 de octubre de 2014

Crónica: los vados del Huebra

Salimos de Salamanca con tres bajas de la lista oficial y una persona que se pudo incorporar a última hora. Total, cincuenta y tres caminantes que, después de habernos dividido en grupos para visitar el Aula Arqueológica de Yecla de Yeltes de la mano de Ignacio, el Alcalde de la localidad y un acérrimo defensor de su patrimonio, pudimos también disfrutar con el café, las pastas y los pinchos que nos habían preparado en el Bar Nisi.

A eso de las 10:30, salimos desde la Plaza Mayor del pueblo en dirección a las cercanías de la carretera de Pozos de Hinojo, donde una marca verde y blanca sobre un apartadero de ganado indica el comienzo del camino.

Un pequeño error de cálculo sobre el mapa provocó una desviación de poco más de un kilómetro que deshicimos con toda prontitud (Felipe ofreció su GPS y comentamos la posibilidad de adquirir uno en el Club para registrar las marchas previas y evitar en lo posible este tipo de imprevistos, mucho más fastidiosos aún en zonas montañosas o intrincadas).



El resto del camino se desarrolló sin incidentes sobre un buen camino y con un tiempo ideal para este tipo de marchas. Cruzamos la carretera de Pozos de Hinojo, pasamos al lado de la planta transformadora de arsénico y avistamos a lo lejos la presa sobre el Huebra.

El Vao de Arriba invitaba realmente al baño, pero preferimos la sombra y el alivio de un pequeño tentempié bajo la vegetación de sus orillas.

Subimos y caminamos por un terreno ondulante en busca del Vao Bajo donde el agua de las últimas lluvias nos ofreció la sorpresa de tener que atravesar dando zancadas sobre las piedras de apoyo a las piedras altas del pontón. Un pelín de aventura que añadió emoción al paseo.


Y la subida final, ya buscando las cercanías del pueblo y del Castro o Lugar Viejo de Yecla.

Aquí sí hizo un poquito más de calor y era porque el sol, cuando se quitaban de encima las nubes, se mostraba picón, picón y ya eran las tres de la tarde y también picaba el hambre.

Allí mismo, a la entrada del Castro, comimos y bebimos (las frescas cervezas que nos acercaron de parte de Nisi, el del bar del pueblo) y ya descansados y restablecidos, pudimos visitar y admirar el Castro por dentro y por fuera, jugando a ver quién encontraba más grabados en sus piedras. Y cuando ya llegábamos de vuelta a la zona de piedras hincadas y a su puerta principal, empezó la lluvia...

Felices y contentos por el deber cumplido y la grata jornada transcurrida, avisamos al autocar desde los acogedores árboles que hay junto a la ermita de Santiago.

En menos de diez minutos ya estábamos todos dentro y era un verdadero espectáculo ver a la gente seca, caliente, satisfecha y adormilada, mientras el agua tamborileaba en los grandes cristales delanteros.

Fotografías de Javier Hernández y Francisco Labrado.