Llevábamos un invierno seco, después de un otoño más seco, así que todo el mundo veía con buenos ojos que el campo, y en ocasiones los caminos, estuviera inundado por las lluvias de la semana.
Empezamos la caminata subiendo hasta Valdesangil por el camino tradicional que han utilizado los “curieles” toda la vida. Atravesamos el pueblo y nos dirigimos al Valle donde nace el arroyo que recoge las aguas de este lado de los Picos.
La subida a Piquitos era el momento más complicado de la jornada, por el desnivel y la maleza que se extiende por la parte baja de los picos, pero pudimos avanzar sin mucha dificultad, hacer cumbre y así poder admirar las hermosas vistas que te ofrece esta mole granítica.
La bajada por Cabezón fue más fácil de realizar, además el murmullo del agua nos acompañó en nuestro andar por lo que pronto olvidamos el esfuerzo realizado para subir a los picos.
Tras la comida en la Vega nos dirigimos a Fuentebuena y Navalmoral, con el día cada vez más nublado pero respetándonos la lluvia. Como era pronto para volver a Salamanca la mayor parte de los senderistas decidimos continuar la marcha hasta Béjar por la antigua vía del tren de la Ruta de la Plata. Todo un acierto. Quitando los primeros metros que aún mantienen las traviesas, el resto del recorrido resultó muy agradable, con un broche final inesperado, el túnel que se debe pasar para llegar a la estación de tren lo han iluminado, lo que facilitó nuestro tránsito.
Esta vía verde es todo un acierto y seguro que en primavera u otoño va a ser una delicia caminar rumbo a Extremadura por estos bellos parajes. Ahí queda esa ruta para las próximas temporadas del Club Deportivo "¡Anda Ya!", a ver quién se anima a proponerla.
Fotografías y track de la ruta por Ángel Sánchez.
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