jueves, 29 de mayo de 2014

Crónica: Gredos Oriental

Algo extraordinario parecía que estaba a punto de ocurrir. Aseguran que a veces se alinean planetas y galaxias propiciando una sucesión de eventos y catástrofes, dignas de sesudos estudios. Algo así parece haber ocurrido este fin de semana, con el delirio colectivo de la Copa de Europa, logrando la décima, número empírico en las ciencias exactas. Este acontecimiento coincidió con las inquietantes elecciones al Parlamento Europeo, los primeros comicios de la historia donde nuestros líderes aseguran ¡que no ganaron!, ya deben estar formando grupos de aguerridos sabios analistas para estudiar lo ocurrido. Y solapadas a éstas una de las salidas de ¡Anda Ya!, pero no una cualquiera, más bien una de las más densas rutas que hayamos realizado (al menos para quien esto escribe).

Este día era el idóneo para caminar, después de una semana en la que pasamos de un calor agotador el pasado domingo, a la nevada que cayó por estos altos el miércoles.



Para comenzar, deciros que nos fuimos a las estribaciones más lejanas del oriente de Gredos. Allá donde los madrileños colonizan cualquier rincón habitable (o no) creando megapueblos con cierto sabor serrano. Pero como la vorágine centralista andaba en otros menesteres europeos, la tranquilidad reinó en la zona. Aunque sus sendas, allí donde las había, nos hablaban de que pocas botas las utilizan, y es que los humanos de hoy no entienden que alguien pueda ir de Navaluenga a Piedralaves caminando sus 16 increíbles kilómetros por un monte de ensueño, en vez de por la estupenda carretera de que disponen, eso sí, hay que recorrer más de 60 kilómetros. Cosas de la era del derroche energético en la que estamos inmersos.

Como anécdota relevante del día y algo totalmente insólito en nuestras salidas, dos destacados miembros de nuestro grupo, tuvieron un pequeño despiste y abrieron una nueva vía de ascenso, ¡que se perdieron, vamos!. Aquí no sirvieron las altas tecnologías de las que disponemos, tan sólo los móviles nos aportaron cierto calor humano, pudiendo hablar con los extraviados, que ciertamente fue de agradecer. Todo se solucionó a la vieja usanza, media vuelta y a buscar el camino.


Por Gredos andan en plena celebración de la Fiesta del Piorno en Flor, evento al que nos unimos, más bien nos sumergimos en ellos y es que cuando por estas altitudes reina el piorno, es como si se caminase entre un laberinto infranqueable. Nos costó, ¡vaya si nos costó! pero lo conseguimos. Pasamos de la vertiente del Alberche a la del Tiétar, cambiamos jóvenes robledales por centenarios pinos, castaños y también robles de formas imposibles. Dejamos los horizontes abulenses, por los madrileños y manchegos, y pasamos del alomado monte por el que subimos, al genuino paisaje berroqueño del Sistema Central, con sus altivas crestas y sus profundos barrancos.

La senda en esta ladera sur está bien balizada con pintura e hitos, pero os puedo asegurar que había tramos en los que no éramos los guías quienes dirigíamos al grupo, era la bendita tecnología GPS la que nos llevaba en volandas por ese encantador bosque, estupendo para perderse.
Terminamos llegando a Piedralaves, allí dos singulares tabernas nos ayudaron a reponer fuerzas y a eliminar sudores del largo camino. Una a medias entre bar y tienda alternativa y la otra, aprovechando los espacios de un viejo molino, acurrucado al frescor del río.


Bueno, tan sólo resta dar la enhorabuena a Enrique por su empeño en realizar esta ruta; a Juanfran, por apoyarle y a Juanjo y a Eduardo por sustituirle. A Miguel, el conductor del bus, por su paciencia y a todos los participantes por su sacrificio.

Fotografías de Carlos de Dios, Alfredo Domínguez y José Antonio Frías. Recorrido.

También tenemos las fotografías de Alberto Hernández, quien se retiró pronto. La mayoría son de Piedralaves, del río que pasa al lado de la Casa de los Forestales y de la pequeña fauna que habita en sus inmediaciones.

3 comentarios:

  1. Fue un placer guiar a tan esforzados y entusiastas senderistas. La ruta fue exigente, pero la colaboración de todos contribuyó al éxito. Mereció la pena hacerla. Andar por bosques tan diferentes a uno y otro lado de un puerto no siempre es posible. Gracias a todos. Hasta la próxima ruta.

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  2. Gracias a los guías por haber hecho la previa, que vistas las dificultades tiene su mérito. Gracias por habernos conducido en la oficial. Gracias por la crónica, en general me gustan todas y esta especialmente y gracias a los fotografos por compartir sus puntos de vista con sus diferentes matices. Algún día lo haré yo también.

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  3. Cuando uno realiza una actividad con gusto, generalmente olvida los malos momentos. Esto es bueno, ya que quedan momentos inolvidables y es malo ya que a veces no eres objetivo a la hora de catalogar la dureza de las rutas.

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