jueves, 20 de marzo de 2014

Crónica: Entresierras

¡Qué duro el trabajo de los guías!. Imaginaos: propones una ruta. En septiembre, tranquilamente te das un paseo por ella. Vuelves justo un mes antes de realizarla acompañado de cincuenta y tantas personas más, simplemente para ver dónde se toma el café, dónde se come, controlar los tiempos... y te encuentras que todo te lo han cambiado: donde había un camino, ahora corre una regadera, donde había un precioso pasil con algo de barro, ahora hay que imaginarlo bajo las aguas... todo un poema las caras y el ánimo de las guías María José y Conchi. Pero tuvieron los reflejos para hacer un corta-pega con los caminos que conocían. En algunos tramos incluso cruzando por las praderas contiguas para poder pasar como fuese. Y casi sin pretenderlo, el resultado ha sido una inédita y fantástica ruta, una de esas que no importaría repetir, cuando también lo haga la meteorología.

Si el tiempo no las ayudó meses atrás, el domingo fue su aliado, llenando las riberas y ríos de agua, los prados los tiñó de verde, las lejanas cumbres de Béjar de blanco y a todos nosotros un poquito del marrón moreno de nuestra piel, que tanta envidia da.

La zona se denomina Entresierras, que más bien parece decirnos que nos encontramos en tierra de nadie. Es sierra, pero ni lo es de la de Francia, ni de la de Béjar. Posee grandes valles como el de Quilamas de características totalmente mediterráneas, pero también parte de su territorio está dehesado, aunque sin olvidar las praderas y vegetación atlánticas por las que nosotros pasamos. Curiosas son sus aguas, que pese a caer del cielo en la Meseta Norte, no resbalan al Duero, como sería lógico, extrañamente lo hacen al Tajo.

Haciendo un relato de la jornada, deciros que comenzamos en Casafranca, al lado mismo de la Cañada Real de la Plata, que no hay que confundir con la romana y paralela Vía de la Plata. Precisamente aprovechamos la cañada en los primeros kilómetros. En Endrinal repetimos el éxito del "café de trabajo de media mañana", con el inconveniente de tener que elegir el pincho ¡qué dilema!.

Como sabréis las cañadas se utilizaban para el trasiego del ganado, pero ya os dije que algún tramo de nuestro camino era más propio para el paso piscícola, por lo que tuvimos que hacer una incursión en terrenos de reses con una presunta (nula) fiereza, que hizo sufrir a más de un taurinófobo.



Atravesamos en dos ocasiones el arroyo de Santa  María por estéticos pontones, desproporcionados para el caudal que éste suele llevar. Tras un irrepetible tramo sorteando zarzales, peñas y vegetación varia, llegamos al lugar que eligieron las guías para la comida. Aquí tuvimos para todos los gustos: a la sombra, al sol, en pradera, en peñas, e incluso con relajante baño, aunque sólo de pies. Y todo "en un marco incomparable" (recuerdo de los anuncios del Cine Bretón), junto a las Ollas de La Sapa ¡qué lujo!.

Después, el juego de a ver quién encuentra más restos visigodos, en el poblado de Monte Alcaide, para llegar a Monleón, uno de los más bellos y desconocidos pueblos de nuestra provincia. Bello por su historia, arquitectura, urbanismo, enclave y naturaleza.
Y como no podía ser de otra manera cuando nos lleva María José, con muy buen humor volvimos a la rutina salmantina.

Llegados a este punto quería acordarme un poquito de Inés. En las dos últimas temporadas ha sido la encargada de elaborar los calendarios del grupo. Realiza un pequeño encaje de bolillos para que las salidas no coincidan con Navidades, Semana Santa y demás fiestas de guardar y lo tiene que organizar sin haberse publicado aún los calendarios escolar ni laboral del año siguiente. Aliada, además con el Hombre-Mujer del Tiempo, consigue que casi todas las salidas coincidan con el tiempo propicio para cada una de ellas. Que los almendros tengan flor; cuidado, que a los cerezos les salen más tarde y además sabe cuándo sacarle los colores al otoño. Y para la estepa castellana, qué mejor que una tempestad.

Fotografías de Vicente Martín y de Alberto Hernández con junto con Isabel Pérez de la previa (20 de octubre) y de la marcha. Recorrido.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias Conchi y María José, disfruté un montón... Gracias organización ¡anda ya!

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  2. Gracias por la excursión tan naravillosa. Se me hizo hasta corta.Había estado por aquí, pero no recuerdo haber visto los restos visigodos. Gracias a las guías, por su sabiduría y por supuesto, por su simpatía.

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